viernes, 2 de julio de 2010

Claro de Luna- 1.Introducción

Nada podía arruinar la felicidad de mi familia, y la mía, por supuesto. Estamos todos tan bien, las cosas van tan bien. A papá le estaba llendo de maravillas con su nuevo emprendimiento. Un taller de ropa. Es decir, hace ropa para importantes marcas. Mamá trabaja con él, es su “secretaria”.

Fue así como se conocieron hace poco más de 23 años. Bueno, sigo. Tengo una hermana, Ornella, tiene 22 años, está estudiando “licenciatura en ciencias económicas”, asiste a la UBA, cursa el tercer año de la carrera. Además, trabaja en estudio jurídico, como secretaria. Hace cuatro años terminó la secundaria, con su nombre en el cuadro de honor en el colegio. En cuanto a mí, me alegra decir que (sin presumir) mis calificaciones que, no bajan de ocho, y hay que admitir: Tercer Año es uno de los años más difíciles del secundario. Se puede decir que las dos somos orgullos de nuestros padres. Somos las típicas “perfectitas” por así mencionar.

Aparte de mi hermana, mi mamá, mi papá y los dieces, hay algo que completa mi felicidad. Algo que me complementaba. Él. Pablo. Cuando digo Pablo me refiero a mi novio. Hace poco más de seis meses que salimos.

Retomando lo de la felicidad, hoy me llamó la atención una cosa: encontré un papelito debajo del banco que decía: “Cuando las cosas anden bien, es porque algo estás olvidando”. Pienso en eso y nosé que significado encontrarle. En fin, no le voy a prestar atención.

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